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Abandonando el nido

 Una vez más me despego del nido. Siento que costó igual o incluso más que aquella primera vez hará 1 año y medio atrás. ¿Loco no? Después de tanto viajar, sigue costando. Hoy me voy naturalmente. Ya visité a la mayoría de la gente que quería visitar y ya no tengo mucho más que hacer aquí. Hace 1 mes y 1 semana que llegué a BA viniendo desde Salta. Hoy encaro de vuelta (como a finales de junio del año pasado) hacia el peaje de Zárate, hacia la ruta 12, que va a Corrientes y a Misiones. Mas esta vez no deseo expresamente llegar. Me lanzo más bien <<al viaje>>, a la ruta, a los pueblos y su gente, y a "migo mismo". ¿Hacia dónde voy? ¿Qué necesito? En realidad ya llegué, <<el viaje>> es solo para terminar de darme cuenta de esto, que realmente no hay nada que se necesite más en el mundo que ... estar con un@ mism@. Y desde allí entregarme al mundo, a mis herman@s, porque cuando un@ se conquista ya está todo conquistado, solo resta disfrutar y compartir. G

¿Se puede no hacer nada?

 ¿Se puede no hacer nada? Cuando miro al cielo; cuando miro la tele en modo automático; cuando juego un videojuego; cuando me concentro en mi respiración; acaso, ¿no estoy siempre haciendo algo? ¿Puedo escapar de hacer algo? ¿Por qué quisiera escapar? Hacer algo, todo el tiempo, suena estresante. Realmente, ¿me tengo que hacer cargo y decidir cada segundo de mi vida? Se llama ansiedad, en principio, todo esto; es decir, meterle demasiada mente a las cosas... Pero sirve, para analizar, y sobre todo, para compartir. Hacer: hacer arte, hacer ejercicio, hacer comida; es distinto de consumir: comer comida, observar arte, mirar como gente hace ejercicio o destrezas... El hacer más sencillo e inocente pa' mí (y que me ayuda a liberarme un poco de la ansiedad) es concentrarme en el ahora, en mi respiración, en mi estado emocional actual, en mi mente actual, y ... respirar. También agradecer me sirve, al aire nomá'; o contemplar algo natural (fuego, agua, nube, árbol, bicho, niñe, etc.)

Un día más

 Qué decir. La vida en la entrega y el despojo es muy reconfortante. Pensé que saldría a la ruta pero terminó abriéndose una posibilidad que decidí tomar, en ese fluir constante que te ofrece el viaje y que está en une tomar o no. Hoy lo tomé, volví a aceptar el desafío, pero esta vez uno que no deseé, sino uno que se me ofreció y decidí entregarme, más allá de mis expectativas, gustos o cálculos. Un día en un depto en Belgrano en lo de una gran familia amiga que nos conocimos en Misiones. Día mágico y sorpresivo. Lo mismo ayer, día bastante bello en lo de mi tía, lleno de amor, trabajo y disfrute. Solo gracias puedo decir. Mañana? Yo qué sé! La vida fluye a veces de maneras tan misteriosas. Entregarse me parece algo fundamental, entregarse a las propuestas que vienen, a las ventanitas que se abren que terminan teniendo toboganes de autosuperación del otro lado. La práctica de la vida diaria, la resiliencia como diría mi padre. Sigo teniendo en mente algunas fijaciones de cosas "q

Primer día de blog

 Hoy se cumplen 3 semanas desde que estoy en Buenos Aires (Baires de acá en adelante). Cuando une viaja, el tiempo corre muuucho más lento. Una vez un viajero que conocí en un voluntariado en Loma Verde, Escobar, me dijo que para les viajeres el tiempo vale por 3. Le creo. Una semana son como 3, un día como 3; la vida se intensifica... En estas 3 semanas dormí en lo de: mi madre, mi hermano, mi tía, mi padre, un gran amigo y un camping-ecoaldea. Claramente una visita primordialmente familiar-natal (porque familia familia es el mundo entero). Todas bellas experiencias, gratas y con aprendizajes. Hoy le avisé a mi tía que mañana le pinto la heladera medio oxidada que tiene y ya pasado mañana arranco. Para dónde ni idea, pero arranco. Ya me pican las hormiguitas viajeras. Tengo hambre de aventura, de rebuscármelas para dormir en algún lugar equis, de estar parado en el medio de la nada y decir ¿qué caranchos hago acá? feliz de la vida. Pero, como bien dijo mi padre, que a veces tiene algo